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El Tiempo de Adviento



Comienzo: El Adviento es el comienzo del Año Litúrgico y empieza el domingo

Término: Adviento viene de adventus, venida, llegada, próximo al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Forma una unidad con la Navidad y la Epifanía.

Color: La Liturgia en este tiempo es el morado.

Sentido: El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor.

Duración: 4 semanas

Partes: Se puede hablar de dos partes del Adviento:

a) desde el primer domingo al día 16 de diciembre, con marcado carácter escatológico, mirando a la venida del Señor al final de los tiempos;

b) desde el 17 de diciembre al 24 de diciembre, es la llamada "Semana Santa" de la Navidad, y se orienta a preparar más explícitamente la venida de Jesucristo en las historia, la Navidad.

Personajes: Las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías. Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesias ofrece a los fieles para preparar la venida del Señor Jesús.
ADVIENTO ES TIEMPO DE VIGILIA: Estemos atentos a la inminente venida del Señor, pero no mirando al cielo o por la ventana sin hacer nada: es poner en práctica la justicia, buscar la unidad familiar, amarnos como hermanos que somos, pedir y aceptar con valentía el perdón, tener tolerancia unos con otros y luchar por la paz que tanto necesitamos hoy día.

ADVIENTO ES TIEMPO DE PREPARACIÓN: Dios acompaña siempre al que se acuerda de allanar sus caminos.  La misión del discípulo es Evangelizar.  Los personajes de Isaías, Juan y María nos invita al anuncio misionero de su Reino.

ADVIENTO ES TIEMPO DE ESPERANZA: Porque es tiempo de liberación.  ¿Cómo podemos estar tristes si esperamos al liberador?  La esperanza trae consigo la alegría, mantengamos la esperanza en nuestro corazón y trasmitámosla al hermano.

Bendición comunitaria de la Corona de Adviento



SACERDOTE: Al comenzar este nuevo Año Litúrgico, vamos a bendecir, como comunidad cristiana, esta CORONA con que inauguramos también el tiempo de Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la LUZ DEL MUNDO. Su color verde significa la vida, nuestra vida de la gracia, y la esperanza de ser mejores y unirnos más como comunidad.


TODOS: POR ESO, AL IR ENCENDIENDO, DOMINGO TRAS DOMINGO, LOS CIRIOS DE LA CORONA, DEBEMOS SIGNIFICAR NUESTRA GRADUAL PREPARACIÓN PARA RECIBIR LA LUZ DE NAVIDAD: JESUCRISTO, NUESTRO SEÑOR, QUE VIENE PARA SALVARNOS.


Sacerdote: Démosle gracias a Dios por esta CORONA, pero especialmente porque nos permite estar reunidos, como comunidad, para darle gracias y bendecirlo.


TODOS: TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR, PORQUE SIEMPRE ESTÁS CON NOSOTROS EN EL CAMINO DE LA VIDA Y PORQUE NOS AYUDAS A BENDECIRTE Y A TENERTE PRESENTE CADA DÍA. TE DAMOS GRACIAS POR NUESTRA CONVIVENCIA COMUNITARIA Y POR ESTA CORONA DE ADVIENTO QUE HOY QUEREMOS BENDECIR, O SEA, QUE QUEREMOS PONERLA EN TU NOMBRE PARA QUE SEA EL CENTRO DE NUESTRA ORACIÓN Y REFLEXIÓN COMUNITARIA.


ESCUCHA, PUES, PADRE BUENO, NUESTRAS SÚPLICAS: BENDICE (+) ESTA CORONA DE ADVIENTO, Y AL BENDECIRLA, BENDÍCENOS TAMBIÉN A NOSOTROS COMO COMUNIDAD, DANOS TU PAZ, TU AMOR Y TU UNIDAD. AYÚDANOS A VENCER LAS TENTACIONES. NO NOS DEJES CAER EN EL PECADO QUE NOS APARTA DE TI. ANTES BIEN, AYÚDANOS A PREPARAR LA VENIDA DE TU HIJO JESUCRISTO, LUZ DEL MUNDO, PARA QUE ILUMINE TODA NUESTRA VIDA Y NOS GUÍE POR EL CAMINO DE LA VERDAD Y DEL BIEN, EL QUE VIVE Y REINA CONTIGO, EN LA UNIDAD DEL ESPÍRITU SANTO, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. AMÉN.


(Se rocía la corona con agua bendita... y se enciende la primera vela...).


Lector: Si encendemos una vela es porque queremos alumbrar, porque queremos tener una señal que pueda ver el que viene hacia nosotros. Es un signo externo de nuestra disposición interior de esperanza.


TODOS: POR ESO, EN ESTE TIEMPO DE ADVIENTO, SEGUIREMOS CON ATENCIÓN Y CON BUENA DISPOSICIÓN, LAS ENSEÑANZAS DE LA PALABRA DE DIOS EN LAS LECTURAS DOMINICALES; Y NOS PREPARAREMOS, DE TODO CORAZON, PARA LA VENIDA DEL SEÑOR A NUESTRA COMUNIDAD PARROQUIAL, A NUESTRA FAMILIA Y A NUESTRA VIDA PERSONAL.


Lector: Su venida histórica, que recordamos cuando el Hijo de Dios nace como Hijo de María, como Hombre para habitar entre los hombres; su venida litúrgica en cada Eucaristía, en su Palabra y en la Comunión; y su venida escatológica, que esperamos con viva fe, al final de los tiempos.


TODOS: POR ESO, ENCENDER UNA VELA TIENE SENTIDO EN LA MEDIDA EN QUE, PERSONAL, FAMILIAR Y COMUNITARIAMENTE, NOS DISPONGAMOS A RECIBIR AL HIJO DE DIOS, A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, QUE VIENE A NOSOTROS PARA SALVARNOS.


Sacerdote: Cristo, en su Evangelio, nos invita a "Velar y a estar preparados, porque no sabemos cuando llegará el momento".


TODOS: POR ESO, NOS COMPROMETEMOS A PREPARARNOS, EN FAMILIA, A TRAVÉS DEL PERDÓN, DE LA COMPRENSIÓN Y DEL AMOR ENTRE ESPOSO Y ESPOSA; ENTRE PADRES E HIJOS; ENTRE HERMANOS Y HERMANAS; Y ENTRE AMIGOS Y COMPAÑEROS.


NOS COMPROMETEMOS, TAMBIÉN, A MANIFESTAR NUESTRO CARIÑO Y BUENA VOLUNTAD PARA CON LOS AMIGOS Y VECINOS SOBRE TODO, ESTANDO DISPUESTOS A PRESTAR AYUDA SI ALGUIEN NECESITA DE NOSOTROS, DE NUESTRO TIEMPO, DE NUESTRO SERVICIO Y DE NUESTRAS COSAS.


Y LE PEDIMOS A DIOS, NUESTRO SEÑOR, SU GRACIA Y SU FUERZA PARA CUMPLIR FIELMENTE ESTOS PROPÓSITOS. POR JESUCRISTO, NUESTRO SEÑOR. AMÉN.


BENDICIÓN SOLEMNE DE ADVIENTO


Sacerdote: Que Dios, omnipotente y misericordioso.


TODOS: NOS SANTIFIQUE CON LA CELEBRACIÓN DE ESTE ADVIENTO Y NOS LLENE DE SUS BENDICIONES, YA QUE CREEMOS QUE CRISTO VINO AL MUNDO Y ESPERAMOS SU RETORNO GLORIOSO. AMÉN.


Sacerdote: Que Dios, fuente de vida y alegría.


TODOS: NOS CONCEDA PERMANECER FIRMES EN LA FE, ALEGRES EN LA ESPERANZA Y EFICACES EN LA CARIDAD. AMÉN.


Sacerdote: Que Dios, origen de toda bondad.


TODOS: NOS ENRIQUEZCA CON LOS PREMIOS ETERNOS CUANDO VENGA DE NUEVO EN LA MAJESTAD DE SU GLORIA. AMÉN.


Sacerdote: Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo (+) y Espíritu Santo, descienda sobre todos ustedes.


TODOS: AMÉN.

*** ESTA MISMA BENDICIÓN SE PUEDE USAR EN LOS DOMINGOS II, III y IV DE ADVIENTO

Liturgia semanal con la corona de Adviento



Celebración. Es una costumbre que reúne a la familia, pues es allí en donde se sugiere la celebración. La familia unida hace una oración en torno a la corona, con alguna meditación alusiva a las lecturas dominicales; se enciende una vela cada semana cantando algo que hable de la espera del Salvador. La noche del 24 de diciembre con las cuatro velas encendidas, se enciende por último la vela blanca cantando villancicos y se "acuesta al niño Jesús" en el nacimiento, como de costumbre, desde luego después de haber leído el Evangelio del relato del Nacimiento en Belén y de haber hecho una reflexión y oración todos juntos. Generalmente en los templos se reparten hojas con oraciones sugeridas para esta celebración.


 
 
Primera liturgia semanal con la corona de Adviento

INDICACIONES

La corona sin ninguna vela encendida. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es recomendable colocar una imagen de la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este cirio se puede tomar la llama para encender la primera vela de la corona.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MONITOR: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

TODOS: Que hizo el cielo la tierra.

MONITOR: Comenzamos un nuevo año litúrgico con el tiempo de Adviento, tiempo de preparación y espera. Encender, semana tras semana, los cuatro cirios de esta corona debe ser un reflejo de nuestra gradual preparación para recibir al Señor Jesús en la Navidad. Las luces de las velas nos recuerdan que Él es la Luz del mundo que ha venido a disipar las tinieblas. El color verde de la corona simboliza la vida y la esperanza que Él nos ha venido a traer.

LECTOR: Lectura tomada del libro del profeta Isaías: «Levántate, brilla, Jerusalén; que llega tu luz y la gloria del Señor amanece sobre ti. Pues mira como la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los pueblos, mas sobre ti amanece el Señor y su gloria sobre ti aparece».

MONITOR: Quien dirige la oración, con las manos juntas, dice:

Nos recogemos unos instantes en silencio, e inclinando nuestras cabezas, vamos a pedir que el Señor bendiga esta corona de Adviento.

Oremos.

La tierra, Señor, se alegra en estos días,
y tu Iglesia desborda de gozo
ante tu Hijo, el Señor Jesús,
que se avecina como luz esplendorosa,
para iluminar a los que yacemos en las tinieblas,
de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida,
tu pueblo ha preparado esta corona
con ramos del bosque y la ha adornado con luces.
Ahora, pues, que vamos a empezar
el tiempo de preparación
para la venida de tu Hijo,
te pedimos, Señor,
que, mientras se acrecienta cada día
el esplendor de esta corona, con nuevas luces,
a nosotros nos ilumines
con el esplendor de Aquel que,
por ser la Luz del mundo,
iluminará todas las oscuridades.
Te lo pedimos por Él mismo
que vive y reina por los siglos de los siglos.

TODOS: Amén.

MONITOR: Vamos a encender ahora la primera vela de nuestra corona mientras cantamos OS ANUNCIAMOS (u otro canto apropiado).

(Una persona encienda la primera vela mientras se entona un canto de Adviento, por ejemplo) CANTAD CON GOZO, CON ILUSIÓN, YA SE ACERCA EL SEÑOR.

1. Os anunciamos el gozo de Adviento con la primera llama ardiendo; se acerca ya el tiempo de salvación, disponed, pues, la senda al Señor.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Segunda liturgia semanal con la corona de Adviento

INDICACIONES

La corona al inciar la liturgia debe estar encendida la primera vela. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es recomendable colocar una imagen de la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este cirio se puede tomar la llama para encender la primera vela de la corona.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MONITOR: Vamos a encender la segunda vela de nuestra corona. El Señor está cada vez más cerca de nosotros y debemos prepararnos dignamente para recibirlo en nuestros corazones. Hagamos un momento de silencio para elevar nuestra oración al Señor.

LECTOR: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:

«En el año quince del imperio de Tiberio César,siendo Poncio Pilato procurador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: Voz que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso será recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios».

MONITOR: Debemos preparar el camino del Señor y esto nos exige estar preparados interiormente para la venida del Señor Jesús, para que lo recibamos con un corazón reconciliado, cada vez más convertido y transformado, capaz de amar y entregarse a los demás. Hagamos un compromiso concreto para esta semana que nos ayude a disponenrnos cada vez mejor para su venida. (Se deja un momento de silencio)

MONITOR: Mientras encendemos la segunda vela de nuestra corona cantemos: OS ANUNCIAMOS (u otro canto apropiado).

(Una persona enciende la segunda vela mientras se entona el canto, de ser posible durante la segunda estrofa)

CANTAD CON GOZO, CON ILUSIÓN YA SE ACERCA EL SEÑOR.

1. Os anunciamos el gozo de Adviento con la primera llama ardiendo; se acerca ya el tiempo de salvación, disponed, pues, la senda al Señor.

2. Os anunciamos el gozo de Adviento con la segunda llama ardiendo; el primer ejemplo Cristo nos dio, vivid unidos en el amor.

MONITOR: Elevemos ahora nuestras peticiones a Dios Padre y respondamos a cada una de ella: VEN SEÑOR JESÚS.

LECTOR: Te pedimos, Padre, por nuestra Santa Iglesia Católica que se prepara para la venida de tu Hijo, para que que siempre tengamos fijos los ojos en Aquél que nos trae la reconciliación.

VEN SEÑOR JESÚS

Te rogamos por la paz en el mundo, para que en este tiempo de Adviento se viva con mayor intensidad el amor y la solidaridad.

VEN SEÑOR JESÚS

Te pedimos, Padre, por cada uno de nosotros, para que hagamos esfuerzos por caminar al encuentro del Señor Jesús, que es la "Luz del Mundo".

VEN SEÑOR JESÚS

Te rogamos también por nuestra familia, para que a ejemplo de la familia de Nazaret vivimos el amor mutuo y nos preparemos para la venida de tu Hijo.

VEN SEÑOR JESÚS

Te pedimos que Santa María aliente nuestros pasos en este Adviento, y sea Ella quien nos enseñe a crecer en confianza y esperanza en la venida del Reconciliador.

VEN SEÑOR JESÚS (se pueden añadir otras peticiones)

MONITOR: Acudamos a nuestra Madre para que nos obtenga abundantes gracias que nos ayuden a prepararnos, de la misma manera como Ella lo hizo, para recibir al Señor Jesús. Recemos junto un Ave María. Terminemos este momento de oración cantando LOS CIELOS Y LA TIERRA.

LOS CIELOS Y LA TIERRA EN TI SE ENCONTRARÁN,
MARÍA, DULCE ABRAZO QUE EL HOMBRE Y DIOS SE DAN.

1. Las viejas profecías que hablaban del Señor nutrían la esperanza de Israel: la flor que nacería de tierra virginal, un Hijo que sería el Emmanuel.

2. Quien hizo las estrellas al Ángel te envió, que fueras Madre suya te pidió. Dios Todopoderoso no quiso renunciar al gozo de acunarse en tu querer.

3. Los magos y pastores que fueron al portal hallaron en tus brazos a Jesús. Sabemos que a tu lado lo vamos a encontrar lo mismo en la alegría que en la Cruz.

MONITOR: Madre de la Esperanza…

TODOS: Ruega por nosotros.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.



 
 
Tercera liturgia semanal con la corona de Adviento

INDICACIONES

La corona al inciar la liturgia deben estar encendidas la primera y la segunda vela de la corona. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es recomendable colocar una imagen de la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este cirio se puede tomar la llama para encender la tercera vela de la corona.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MONITOR: Estamos ya en la tercera semana de Adviento: aumenta nuestra alegría y nuestro jubilo por la venida del Señor Jesús, que estpa cada vez más cerca de nosotros. Empecemos nuestra oración cantando VEN PRONTO SEÑOR (u otro canto apropiado).

1. ¡Oh Pastor de la Casa de Israel!, trae a tu pueblo la ansiada salvación. Verbo Eterno de la boca del Padre, fuiste anunciado por labios de profeta.

¡VEN PRONTO, SEÑOR!
¡LLEGA, OH SALVADOR! (2v)
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡VEN, LIBERADOR!

¡CIELOS, LLOVED VUESTRA JUSTICIA!
¡ÁBRETE, TIERRA,
HAZ GERMINAR AL SALVADOR! (2v)

2. El clamor de los pueblos se levanta. Hijo de David, las naciones te esperan. Queremos la llegada de tu Reino. Ven a liberar del pecado a los pueblos.

3. Emmanuel, Salvador de las naciones, eres esperanza del pueblo peregrino. Sol naciente, esplendor de la justicia, Tú nos salvarás con tu brazo poderoso.

4. Esperanza de una Mujer humilde: Ella es la Virgen que pronto dará a luz. Silenciosa, espera al Salvador: llega ya la hora de la liberación.

MONITOR: Vamos a encender la tercera vela de nuestra corona de Adviento. El Señor está más cerca de nosotro sy nos ilumina cada vez más. Abramos nuestro corazón, que muchas veces está en tinieblas, a la luz admirable de su amor.

LECTOR: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:

«La gente le preguntaba: «Pues ¿qué debemos hacer?»

Y él les respondía: «El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, haga lo mismo». Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?»

Él les dijo: «No exijáis más de lo que os está fijado». Preguntáronle también unos soldados: «Y nosotros ¿qué debemos hacer?»

Él les dijo: «No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestra soldada».

Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; respondió Juan a todos diciendo: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con guego que no se apaga».

Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva».

MONITOR: Vamos a encender la tercera vela de nuestra corona. Cantemos OS ANUNCIAMOS (u otro canto apropiado)

CANTAD CON GOZO, CON ILUSIÓN
YA SE ACERCA EL SEÑOR.

1. Os anunciamos el gozo de Adviento con la primera llama ardiendo; se acerca ya el tiempo de salvación, disponed, pues, la senda al Señor.

2. Os anunciamos el gozo de Adviento con la segunda llama ardiendo; el primer ejemplo Cristo nos dio, vivid unidos en el amor.

3. Os anunciamos el gozo de Adviento con la tercera llama ardiendo; el mundo que vive en la oscuridad brille con esta gran claridad.

MONITOR: Acudamos ahora a Santa María, que colaborando con el Plan del Padre permitió que la luz del Señor ilumine a la humanidad, y pidámosle que siga intercediendo por nosotros en este tiempo de preparación. Recemos juntos la oración.

Brillante Luna de la Nueva Evangelización,
que con tu fulgor iluminas la noche por la que tantos deambulan sin rumbo en el rumbo de la «cultura de muerte»
alumbra todo humano caminar con la luz del Señor Jesús
que sin igual sabes reflejar. Que así sea. Amén.

MONITOR: Terminemos nuestra oración cantando MADRE NUESTRA (u otro canto apropiado).

MADRE NUESTRA, QUE EN MEDIO DE LA NOCHE
DISTE AL MUNDO LA LUZ DEL REDENTOR,
DANOS HOY OTRA VEZ AL ESPERADO,
QUE ANDAMOS COMO OVEJAS SIN PASTOR. (2v)

1. María se llamaba la Virgen que ante el Ángel, aceptando el llamado un «Sí» rotundo dio. En esa Madre nuestra el que hizo tierra y cielo, Dios Todopoderoso, un día se encarnó.

2. Aquel a quien adoran el sol y las estrellas, el que viste las flores y amansa el fiero mar, Dios que a todos ama, con toda su grandeza del seno de María muy pronto nacerá.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.




Cuarta liturgia semanal con la corona de Adviento

INDICACIONES

La corona al inciar la liturgia deben estar encendidas las anteriores velas de la corona. Crear un ambiente recogido, con poca luz. Es recomendable colocar una imagen de la Virgen al lado de la corona, con un cirio a sus pies. De este cirio se puede tomar la llama para encender la tercera vela de la corona.

Todos: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Monitor: Alegrémonos porque el Señor está cerca de nosotros y viene a traernos la reconciliación. Encenderemos la cuarta y última vela de nuestra corona. Que este símbolo nos recuerde la proximidad de la venida del Señor Jesús, que viene a traernos alegría y esperanza. Iniciemos la oración de esta semana cantando MORADA DE LA LUZ (u otro canto apropiado)

CELEBREMOS UNIDOS A LA VIRGEN MARÍA,
PORQUE ESTÁBAMOS CIEGOS Y NOS DIO A LUZ EL DÍA,
PORQUE ESTÁBAMOS TRISTES Y NOS DIO LA ALEGRÍA.

1. Mujer tan silenciosa y encumbrada, ahora más que el sol, recibes en tu vientre al mismo Dios, al que es tu Creador.

2. Lo que Eva en una tarde misteriosa buscando nos perdió, Tú, Madre, lo devuelves florecido en fruto salvador.

3. Tú que eres bella puerta del Rey sumo, Morada de la Luz, la puerta nos abriste de los cielos al darnos a Jesús.

LECTOR: Lectura tomada del Evangelio según San Lucas:

«En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque , apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su sierva, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada.»

MONITOR: La presencia del Señor Jesús entre nosotros nos llena de gozo y alegría. Es la Madre quien nos lo hace cercano, quien permite que esa Luz llegue a nosotros e ilumine nuestra vida. En compañía de Santa María encendamos la última vela de nuestra corona de Adviento mientras cantamos OS ANUNCIAMOS (u otro canto apropiado).

(Una persona enciende la cuarta vela mientras se entona el canto, de ser posible durante la cuarta estrofa)

CANTAD CON GOZO, CON ILUSIÓN,
YA SE ACERCA EL SEÑOR.

1. Os anunciamos el gozo de Adviento con la primera llama ardiendo; se acerca ya el tiempo de salvación, disponed, pues, la senda al Señor.

2. Os anunciamos el gozo de Adviento con la segunda llama ardiendo; el primer ejemplo Cristo nos dió, vivid unidos en el amor.

3. Os anunciamos el gozo de Adviento con la tercera llama ardiendo; el muro que vive en la oscuridad brille con esta claridad.

4. Os anunciamos el gozo de Adviento mirad la cuarta llama ardiendo; el Señor está cerca, fuera el temor, estar a punto es lo mejor.

(Se pueden hacer alguna peticiones acudiendo a la intercesión de la Virgen María respondiendo después de cada petición:

POR INTERCESIÓN DE TU MADRE, ESCÚCHANOS SEÑOR.)

MONITOR: Oremos.

Padre misericordioso, que quisiste que tu Hijo se encarnara en el seno de Santa María Virgen, escucha nuestra súplicas y concédenos tu gracia para que sepamos acoger al Señor Jesús, tu Hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

TODOS: Amén.

TODOS: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén





La Corona de Adviento



Origen: La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica. La corona está formada por una gran variedad de símbolos:

La forma circular: El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.

Las ramas verdes: Verde es el color de esperanza y vida, y Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.

Las cuatro velas: Simbolizan la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando, poco a poco, una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se han ido iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo.

Son cuatro velas las que se ponen en la corona. Se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de Adviento, al hacer la oración en familia. Se acostumbra usar diferentes colores: una morada, una roja, una rosa y una blanca. Hay quienes acostumbran poner tres velas moradas y una rosa o blanca. Se prenden primero las moradas que nos recuerdan que es tiempo de penitencia, de conversión. La blanca o rosa significa la alegría de la llegada de Jesucristo.



Las manzanas rojas que adornan la corona representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.

El listón rojo representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.

Los domingos de adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la corona de adviento. Luego, se lee la Biblia y alguna meditación. La corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote.

Sugerencias
a) Es preferible elaborar en familia la corona de Adviento aprovechando este momento para motivar a los niños platicándoles acerca de esta costumbre y su significado.
b) La corona deberá ser colocada en un sitio especial dentro del hogar, de preferencia en un lugar fijo donde la puedan ver los niños de manera que ellos recuerden constantemente la venida de Jesús y la importancia de prepararse para ese momento. c) Es conveniente fijar con anticipación el horario en el que se prenderán las velas. Toda esta planeación hará que las cosas salgan mejor y que los niños vean y comprendan que es algo importante. Así como con anticipación preparamos la visita de un invitado importante, estamos haciendo esto con el invitado más importante que podemos tener en nuestra familia.
d) Es conveniente también distribuir las funciones entre los miembros de la familia de modo que todos participen y se sientan involucrados en la ceremonia.

Por ejemplo:
un encargado de tener arreglado y limpio el lugar donde irá la corona antes de comenzar con esta tradición navideña.
un encargado de apagar las luces al inicio y encenderlas al final.
un encargado de dirigir el canto o de poner la grabadora con algún villancico.
un encargado de dirigir las oraciones para ponerse en presencia de Dios.
un encargado de leer las lecturas.
un encargado de encender las velas.


Bendición de la Corona de Adviento
En algunas parroquias o colegios se organiza la bendición de las coronas de Adviento.
Si no se pudo asistir a estas celebraciones, la puede llevar a cabo el papá o la mamá con la siguiente oración:

Señor Dios
bendice con tu poder nuestra Corona de Adviento para que, al encenderla,
despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo
practicando las buenas obras, y para que así,
cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.

Significado de las velas de Adviento

Alrededor de la corona se colocan cuatro velas que representan las semanas de preparación para el nacimiento de Jesús, nuestro Salvador. Las luces de estas cuatro velas, que se van encendiendo cada domingo, representan temas de nuestra vida cristiana.

La quinta vela, que va al centro de la corona, nos recuerda a nuestro Señor Jesucristo como la luz del mundo.




VELA AMARILLA:

Representa la fe en Cristo. Por la fe aceptamos que toda revelación es venida de Dios para comprender asuntos que el hombre no puede llegar a conocer por su propia cuenta. Cristo es el autor de nuestra fe y sólo por ella el justo vivirá.

Textos bíblicos: Salm. 122; Is. 2:1-4; Rom. 3:21-31; Mt. 15:21-28.



VELA ROJA:

Nos recuerda que toda la Sagrada Escritura nos habla de que Dios es amor. Por amor, Dios decidió enviar a su único hijo para salvarnos. Jesús es el ejemplo perfecto de ese amor. Él nos ha mandado amar a Dios y a nuestro prójimo. Este amor debe ser real y tiene prioridad sobre cualquier otro asunto en nuestra vida.

Textos bíblicos: Salm. 91; Is. 63:7-14; 1Jn. 4:8; Jn. 3:16-17.



VELA AZUL:

El color de esta vela representa la justicia de Dios. La Biblia dice que Dios es justo y recto; todos sus caminos son justos y no hay iniquidad en él. La justicia es resultado del amor, sin este requisito no hay justicia. Dios es misericordioso y por eso es justo. Jesucristo nos invitó a buscar el reino de Dios y su justicia. Esta justicia basada en el amor es lo que Dios quiere que practiquemos como cristianos.

Textos bíblicos: Salm. 9; Is. 11:1-10; Mt. 5:6; 6:33.



VELA VERDE:

Simboliza la esperanza del cristiano, la cual se sustenta en la persona de Cristo. La esperanza cristiana provoca en el creyente un pensamiento crítico sobre el pasado, el presente y el futuro; conoce la crisis y se aferra a la promesa divina.

Textos bíblicos: Salm. 142; Is. 35:1-10; 1 Cor. 13:13; Luc. 1:5-25.




VELA BLANCA:

Es la vela que simboliza la persona de Jesucristo, el hijo de Dios, nuestro Salvador, quien vino para ser luz en medio de las tinieblas y liberarnos de la opresión del pecado. Él es la fuente de nuestra fe, de nuestra esperanza. Su justicia es resultado de su infinito amor por nosotros y nos otorga una paz verdadera.

Textos bíblicos: Salm. 72; Is. 9:2-7; 1Cor. 14:33; Luc. 2:1-20.




NUESTRA CULTURA

“En Panamá, por ejemplo, se colocan velas de color morado, rojo, rosada y blanca, que simbolizan el espíritu festivo de la reunión familiar.

Además hay quienes colocan una vela blanca o cirio que simboliza a Cristo como centro de todo lo que existe en el mundo.

Esta vela se enciende durante la Nochebuena porque nos recuerda que Cristo es la luz del mundo.

La luz de las velas expresa la luz de Cristo que desde pequeños buscamos y que nos permite ver tanto el mundo como nuestro interior.

Chong de Espino mencionó que lo más importante de todo no es el color de las velas que coloquemos, sino con qué fervor y fe lo hacemos.

El hecho de respetar que es época de dar amor y compartir la gracia de Dios con todos nuestros hermanos es lo que más importa.

Oraciones - Tiempos de Adviento



Oración al Niño Jesús
Te suplico, Señor, que envíes al que has de enviar, Ven, Señor Jesús, y no tardes; cielos ábranse y dejen que baje su rocío. Divino Niño Jesús, ven a nacer en mi corazón para desterrar de él al pecado y colocar tus virtudes.
Amén.

Recopilación José Gálvez Krüger
Studia Limensia


Adviento, tiempo de esperanza
Adviento,
tiempo de esperanza,
en el seno de María
crece el fermento
de un mundo nuevo,
el hijo del Dios vivo
que llega a compartir
con nosotros.
Nace Emanuel,
Dios-con-nosotros,
hecho niño,
pobre,
pequeño y necesitado.
María nos enseña el camino
para hacer nacer a Jesús
en nuestro tiempo:
confianza,
entrega,
fidelidad,
coraje,
y mucha fe en el Dios de la Vida.
Tiempo de espera,
de atención y cuidados,
de respeto y contemplación.Señor,
hay mucho dolor en nuestro tiempo,
hay sufrimiento e injusticia,
ayúdanos a sembrar
semillas de esperanza.
Descúbrenos la alegría
de la paciente espera,
activa y fecunda,
comprometida por la vida
de los que nos rodean.
Enséñanos a hacer crecer
la esperanza de algo nuevo,
anímanos a entregar nuestras vidas
para la construcción del Reino.Es tiempo de espera, Señor,
pero también es tiempo de donación
y compromiso efectivo.
Contagianos la fe sencilla de María,
que dio su vida
para alumbrar el Reino
y hacer nacer la esperanza
en medio de su pueblo.Salmo de San Francisco de Asís para el tiempo
del Adviento del Señor ¿Hasta cuándo, Señor,
me olvidarás por siempre?
¿Hasta cuándo apartarás tu rostro de mí?
¿Hasta cuándo tendré congojas en mi alma,
dolor en mi corazón cada día?
¿Hasta cuándo triunfará mi enemigo sobre mí?
Mira y escúchame, Señor, Dios mío.
Ilumina mis ojos para que nunca
me duerma en la muerte,
para que nunca diga mi enemigo:
He prevalecido contra él.
Los que me atribulan se alegrarían si yo cayera;
pero yo he esperado en tu misericordia.
Mi corazón exultará en tu salvación;
cantaré al Señor que me colmó de bienes,
y salmodiaré al nombre del Señor altísimo.

Tiempo de Adviento
Tiempo de Adviento,
Tiempo de espera.
Dios que se acerca,
Dios que ya llega.
Esperanza del pueblo,
la vida nueva.
El Reino nace,
don y tarea.
Te cantamos Padre bueno
a la esperanza.
Con María, ayúdanos Señor,
a vivir generosos en la entrega,
a ofrecer nuestra vida como ella,
a escuchar tu Palabra en todo tiempo,
a practicar sin descanso el Evangelio,
ayúdanos a vivir solidarios con los que sufren,
con quienes hoy como ayer
en Belén no tienen lugar.Te cantamos Padre Bueno
a la esperanza.
Con los pastores de Belén,
ayúdanos señor
a vivir la Vigilia de tu Reino,
a correr presurosos a tu encuentro,
a descubrir tu Rostro en medio del pueblo,
a no quedarnos "dormidos" en la construcción del mundo nuevo.Te cantamos Padre Bueno
a la esperanza.
Con los ángeles de Belén,
ayúdanos Señor,
a cantar al mundo entero tu Presencia,
¡ Dios-está-con-nosotros !
Construyamos la paz entre los hombres,
Edifiquemos la Justicia entre los pueblos.Te cantamos Padre Bueno
a la esperanza.
Con Jesús niño-Dios,
ayudanos Señor,
a abrigar la esperanza que nace en cada Adviento,
a escuchar los clamores de tu pueblo,
a regar con nuestras vidas
la semilla de tu Reino,
a ser Mensajeros de tu Amor,
a construir comunidades de servicio y oración.Navidad, fiesta del hombre.
Navidad, fiesta de Dios.
Queremos ser tus Testigos,
danos la fuerza Señor.
Marcelo A. Murúa
De el libro "Ver la vida con la mirada del Evangelio", 2da. edición, Ed. San Pablo.

Desde el pesebre
Desde el pesebre de Navidad
nace una esperanza nueva.
En la sonrisa de un Dios que es niño
se asoma, frágil, la luz del Reino.
Un niño Dios
que necesita cuidados, caricias, atención.
Una esperanza nueva
que crecerá con el esfuerzo de todos.Una madre atenta,
dispuesta para lo que Dios pide,
que no vacila en decir sí
y entregar la vida entera.La Madre,
del Señor y Madre nuestra.
María de Nazareth,
camino que conduce al Padre.Dios que nace en un pesebre,
olvidado, a la intemperie.
Recordándonos su presencia
entre los pobres que sufren.Navidad,
el signo de un Dios que se hace pobre
para llamar al Reino
desde los olvidados del mundo.¡Alégrense: pastores,
campesinos, obreros de todo tiempo!
Llegó la Buena Noticia,
que empiece la Fiesta, en medio del pueblo.La liberación esperada
ha dejado de ser sueño.
Empezó a ser realidad
la semilla del mundo nuevo.Cantemos con alegría,
unamos voces y manos.
Vamos a ver al Dios vivo,
festejemos su nacimiento.Desde el pesebre de navidad,
un grito surge, de aliento,
Dios está con nosotros,
marchemos hacia su encuentro.El Dios que nace es un niño
necesitado y pequeño,
que requiere nuestra entrega
para hacer crecer el Reino.Navidad, como María,
contemplar desde el silencio,
el misterio de Dios hombre,
que nos convoca a cambiar,
a vivir para los otros,
a construir en el mundo
el inmenso sacramento
de la presencia de Dios
que nos contagia su aliento.Un Dios que llega a los hombres
que se hace hermano nuestro.

María de la Esperanza
María de Nazareth
madre de nuestro Señor,
compañera de nuestras marchas,
ven a visitarnos,
quedate con nosotros.
Te necesitamos, madre buena,
vivimos tiempos difíciles,
atravesamos bajones,
tenemos caídas,
nos agarra la flojera
nos inmoviliza la apatía,
nos da rabia la solidez de la injusticia.María,
virgen de la Esperanza.
Contagianos tu fuerza,
acercanos el Espíritu
que llena tu vida.
Ayudanos a vivir con alegría,
a pesar de las pruebas y las cruces
que encontramos en el seguimiento
de tu hijo.
Que no nos desaliente
la lentitud de los cambios,
que las espinas de la vida
no nos ahoguen la semilla del Evangelio.
Que no perdamos la utopía,
madre buena,
de creer que es posible otro mundo
y otra sociedad.
Que no bajemos los brazos
en la lucha por la justicia
y en la práctica de la solidaridad.
Que no se enturbie nuestra mirada,
al punto que no veamos la luz del Señor
que nos acompaña siempre,
que camina a nuestro lado,
que nos sostiene en los momentos duros.María,
vos creiste y te jugaste la vida.
Y no te fue fácil
También pasaste tiempos de incertidumbre,
de no entender las cosas que pasaban,
de sufrimiento y soledad.
Y saliste adelante,
con buen ánimo y entrega.
Nos enseñaste con tu ejemplo
que para dar vida hay que entregar la vida,
todos los días,
en las buenas,
y en las malas,
y en las más o menos.Siendo un muchacha,
estando comprometida,
corriste el riesgo de decir sí
al plan de Dios.
Confiaste en El
y el sueño de Dios se hizo realidad.Madre,
en nuestros días Dios sigue soñando.
Su Reino de hermanos
está muy lejos de ser realidad.
Y nos pide,
como a vos en Nazareth,
que demos lo mejor de nosotros
para ayudarlo a realizar su Proyecto.
María,
¡cómo cuesta decirle sí al Señor!
Cómo cuesta decir sí más allá de las palabras,
decir sí con los hechos, con actitudes, con gestos...
...¡con la vida!Enseñanos a esperar en el Señor,
a confiar en su palabra,
a dejarnos guiar por su Espíritu,
a llenarnos de su buen humor y alegría.
Enseñanos a escuchar su voz,
en la realidad de todos los días,
en el sufrimiento de tantos,
en las ansías de liberación y cambio,
en la sed de justicia de las mayorías.Enseñanos a orar
para no perder la Esperanza
y para darle raíces sólidas.
Enseñanos a orar
para discernir donde poner los esfuerzos
y descubrir nuestro lugar y misión.
Enseñanos a orar
para no desalentarnos
en las dificultades y contratiempos.María,
camina cerca nuestro,
acompañanos madre buena,
fortalece nuestra esperanza
para que sea el motor de nuestra entrega
el pozo donde beber para seguir,
el refugio donde descansar y retomnar fuerzas.
Anuda nuestra esperanza
al proyecto del Padre.
Danos firmeza y hasta tosudez
para seguir adelante.
Llena nuestros corazones
de la esperanza que libera
para vivir el amor solidario.Lo que se espera
se consigue con esfuerzo,
con trabajo y con la vida.
Nos confiamos en tus manos
para que nos hagas fuertes en la fe
comprometidos en la solidaridad
y firmes, muy firmes,
en la Esperanza del Reino.

Oraciones de Adviento

Los que soñáis y esperáis la buena nueva,abrid las puertas al Niño,que está muy cerca;El Señor cerca está; Él viene con la paz.El Señor cerca está; Él trae la verdad.

ORACIONES DE LA MAÑANA (ADVIENTO)

Todas estas plegarias han sido extraídas de "Himnos de la Liturgia de las Horas" de la Iglesia Católica.
Ahora que estamos en el Adviento, este precioso tiempo litúrgico que nos prepara para la venida del Señor, sería interesante que empezaras el día con alguna de estas lindas oraciones. Luego... no olvides ducharte como siempre y desayunar!

I
De luz nueva se viste la tierra,
porque el sol que del cielo ha venido
en el seno feliz de la Virgen
de su carne se ha revestido.El amor hizo nuevas las cosas,
el Espíritu ha descendido
y la sombra del que es poderoso
en la Virgen su luz ha encendido.Ya la tierra reclama su fruto
y de bodas se anuncia la alegría,
el Señor que en los cielos moraba
se hizo carne en la Virgen María.Gloria a Dios, el Señor poderoso,
a su Hijo y Espíritu Santo,
que en su gracia y su amor nos bendijo
y a su reino nos ha destinado. Amén

II
Preparemos los caminos
ya se acerca el Salvador
y salgamos, peregrinos,
al encuentro del Señor.Ven, Señor, a libertarnos,
ven, tu pueblo a redimir;
purifica nuestras vidas
y no tardes en venir.El rocío de los cielos
sobre el mundo va a caer,
el Mesías prometido,
hecho niño, va a nacer.De los montes la dulzura,
de los ríos leche y miel,
de la noche será aurora
la venida de Emmanuel.Te esperamos anhelantes
ya sabemos que vendrás;
deseamos ver tu rostro
y que vengas a reinar.Consolaos y alegraos,
desterrados de Sión,
que ya viene, ya está cerca,
él es nuestra salvación.

III
Ya muy cercano, Emmanuel,
hoy te presiente Israel,
que en triste exilio vive ahora
y redención de ti implora.Ven ya, del cielo resplandor,
Sabiduría del Señor,
pues con tu luz, que el mundo ansía,
nos llegará nueva alegría.Llegando estás, Dios y Señor,
del Sinaí legislador,
que la ley santa promulgaste
y tu poder allí mostraste.Ven, vara santa de Jesé,
contigo el pueblo a lo que fue
volver espera, pues aún gime
bajo el cruel yugo que lo oprime.Ven, llave de David, que al fin
el cielo abriste al hombre ruin
que hoy puede andar, libre su vía,
con la esperanza del gran día.Aurora tú eres que, al nacer,
nos trae nuevo amanecer,
y, con tu luz, viva esperanza
el corazón del hombre alcanza.Rey de la gloria, tu poder
al enemigo ha de vencer,
y, al ayudar nuestra flaqueza,
se manifiesta tu grandeza. Amén.

IV
Cielos, lloved vuestra justicia!
Ábrete, tierra!
Haz germinar al Salvador!Oh Señor, Pastor de la casa de Israel
que conduces a tu pueblo,
ven a rescatarnos por el poder de tu brazo.
Ven pronto, Señor. Ven, Salvador!Oh Sabiduría, salida de la boca del Padre,
anunciada por profetas,
ven a enseñarnos el camino de la salvación.
Ven pronto, Señor. Ven, Salvador!Hijo de David, estandarte de los pueblos y los reyes,
a quien clama el mundo entero,
ven a libertarnos, Señor, no tardes ya.
Ven pronto, Señor. Ven, Salvador!Llave de David y cetro de la casa de Israel,
tú que reinas sobre el mundo,
ven a libertar a los que en tinieblas te esperan.
Ven pronto, Señor. Ven Salvador!Oh sol naciente, esplendor de la luz eterna
y sol de justicia,
ven a iluminar a los que yacen en sombras de muerte.
Ven pronto, Señor. Ven Salvador!Rey de las naciones y piedra angular de la Iglesia,
tú que unes a los pueblos,
ven a libertar a los hombres que has creado.
Ven pronto, Señor. Ven Salvador!Oh Emmanuel,
nuestro rey, Salvador de las naciones,
esperanza de los pueblos,
ven a libertarnos, Señor, no tardes ya.
Ven pronto, Señor. Ven Salvador!

V
María, Virgen del Adviento,
esperanza nuestra,
de Jesús la aurora,
del cielo la puerta.Madre de los hombres,
de la mar estrella,
llévanos a Cristo,
danos sus promesas.Eres, Virgen Madre,
la de gracia llena,
del Señor la esclava,
del mundo la reina.Alza nuestros ojos
hacia tu belleza,
guía nuestros pasos
a la vida eterna. ir arriba página

Oraciones de la noche (Adviento)
Si tienes tiempo para estar tumbado en tu sofá mirando en tu televisor programas como "Cronicas Marcianas " (Tele 5) ... también lo tendrás para rezar plegarias tan interesantes como estas antes de ir a la cama a descansar. Ánimo.

I
Jesucristo, Palabra del Padre,
luz eterna de todo creyente:
ven y escucha la súplica ardiente,
ven, Señor, porque ya se hace tarde.Cuando el mundo dormía en tinieblas,
en tu amor tú quisiste ayudarlo
y trajiste, viniendo a la tierra,
esa vida que puede salvarlo.Ya madura la historia en promesas,
sólo anhela tu propio regreso;
si el silencio madura la espera,
el amor no soporta el silencio.Con María, la Iglesia te aguarda
con anhelos de esposa y madre,
y reúne a sus hijos en vela,
para juntos poder esperarte.Cuando vengas, Señor, en tu gloria,
que podamos salir a tu encuentro
y a tu lado vivamos por siempre,
dando gracias al Padre en el reino. Amén.

II
Mirad las estrellas fulgentes brillar,
sus luces anuncian que Dios ahí está,
la noche en silencio, la noche en su paz,
murmura esperanzas cumpliéndose ya.Los ángeles santos, que vienen y van,
preparan caminos por donde vendrá
el Hijo del Padre, el Verbo eternal,
al mundo del hombre en carne mortal.Abrid vuestras puertas, ciudades de paz,
que el rey de la gloria ya pronto vendrá;
abrid corazones, hermanos, cantad
que vuestra esperanza cumplida será.Los justos sabían que el hambre de Dios
vendría a colmarla el Dios del Amor,
su Vida en su vida, su Amor en su amor
serían un día su gracia y su don.Ven pronto, Mesías, ven pronto, Señor,
los hombres hermanos esperan tu voz,
tu luz, tu mirada, tu vida, tu amor.
Ven pronto, Mesías, sé Dios Salvador. Amén.

III
Alegría de nieve
por los caminos.
Todo espera la gracia
del Bien nacido.En desgracia los hombres,
dura la tierra.
Cuanta más nieve cae,
más cielo cerca.La tierra tan dormida
ya se despierta.
Y hasta el hombre más muerto
se despereza. Ya los montes se allanan
y las colinas,
y el corazón del hombre
vuelve a la vida. Amén.

IV
Ven, ven, Señor, no tardes.
Ven, ven, que te esperamos.
Ven, ven, Señor, no tardes,
ven pronto, Señor.El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor,
los hombres no son hermanos,
el mundo no tiene amor.Envuelto en sombría noche,
el mundo, sin paz, no ve;
buscando va una esperanza,
buscando, Señor, tu fe. Al mundo les falta vida,
al mundo le falta luz,
al mundo le falta el cielo,
al mundo le faltas tú.

V
La pena que la tierra soportaba,
a causa del pecado, se ha trocado
en el canto que brota jubiloso,
en labios de María pronunciado.El sí de las promesas ha llegado,
la alianza se cumple, poderosa,
el Verbo eterno baja de los cielos,
con nuestra débil carne se desposa.Oh misterio que sólo la fe alcanza!,
María es nuevo templo de la gloria,
rocío matinal, nube que pasa,
luz nueva en su presencia misteriosa.A Dios sea la gloria eternamente,
y al Hijo suyo amado, Jesucristo,
el que quiso nacer para vosotros
para darnos su Espíritu divino. Amén.


El adviento con María

Reflexión de inicio para cada día
Cristo continúa viviendo en la Palabra, en los Sacramentos, en cada hombre, en cada acontecimiento, en el amor de los hermanos, Él nos conducirá a la casa del Padre, donde María nos ha precedido en gloria. Con ella cantamos nuestro himno de bendición y de alabanza a Dios diciendo: "Ven, Señor Jesús!".

Madre del Adviento, Virgen de la esperanza, tú eres hija de tu Hijo, sierva de tu Señor, madre del Salvador Altísimo. El que habitaba en los cielos ha visto el esplendor de tu belleza y se ha complacido en prepararse en la tierra una digna y purísima morada. Alcánzanos de Él la sobreabundancia de la gracia, para que permanezcamos en esta vida fieles a su servicio, y después del paso de esta vida lleguemos a estar junto al que de ti ha nacido, Jesucristo, Señor nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Luego meditar:

Primera semana de Adviento

Lectura bíblica: El ángel del Señor dijo a José: "José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte contigo a María, tu mujer, porque la criatura que lleva en su seno viene del Espíritu Santo" (Mt 1,20)

Meditación: La Virgen María fue preservada de toda mancha de pecado original. De ella, Virgen Purísima, ha venido Jesús.

A continuación lees la frase bíblica que corresponde al día de esta primera semana de Adviento:

Domingo: Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios (Is 61,10)

Lunes: Me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo (Is 61,10)

Martes: Como el suelo hecha sus brotes, así el Señor hará brotar la justicia (Is 61,11)

Miércoles: Serás corona preciosa en la mano del Señor, y diadema real en la palma de tu Dios (Is 62,3)

Jueves: Ya no te llamarán abandonada, porque el Señor te prefiere a ti (Is 62,4)

Viernes: La alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo (Is 62,5)

Sábado: Bendito sea Dios, que nos ha bendecido desde el cielo con toda bendición del Espíritu (Ef 1,3)

Oración Final: Oh Padre, que en la Virgen María has preparado una digna morada para tu Hijo, concédenos tu Espíritu, que nos mueva a acercarnos a ti con santidad de vida. Amén.


Segunda semana de Adviento

Lectura bíblica: No temas, María, porque has encontrado gracia delante de Dios. Concebirás y darás a luz un hijo y le pondrás de nombre Jesús. (Lc 1,36).

Meditación: Todo el mundo, la creación eterna, está atenta. Está a la espera de la respuesta de María. De su resolución depende el consuelo de los pobres, la redención de todos. También, hoy, Dios espera de nosotros para continuar la redención de la humanidad.

A continuación lees la frase bíblica que corresponde al día de esta segunda semana de Adviento:

Domingo: Señor, mi corazón no es ambicioso ni mis ojos soberbios. (Sal 130)
Lunes: No pretendo grandezas que superen mi capacidad (Sal 130)
Martes: Acallo y modero mis deseos como un niño en brazos de su madre (Sal 130)
Miércoles: Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre (Sal 89)
Jueves: Dichosos los que encuentran en ti su fuerza y la esperanza de su corazón (Sal 89)
Viernes: Señor, escucha mi súplica, mira el rostro de tu ungido (Sal 83)
Sábado: Bendito eres, Señor, enséñame tus leyes (Sal 188)
Oración final: Oh Dios, que por el anuncio del ángel has querido que el Verbo se hiciese hombre en el seno virginal de la hija de Sión, ayúdanos a acoger en nuestro corazón tu palabra de vida. Amén.


Tercera semana de Adviento

Lectura Bíblica: En aquellos días, María se puso en camino a un pueblo de Judea, a casa de Zacarías e Isabel (Lc 1,39)

Meditación: En casa de Isabel pronto se hacen sentir los efectos de la visita de María y de la presencia del Señor. María comprobó el signo del ángel, ya que su prima Isabel fue llena del Espíritu Santo y concibió a Juan el Bautista.
A continuación lees la frase bíblica que corresponde al día de esta tercera semana de Adviento.

Domingo: Alégrate, hija de Sión; festéjalo exultante, hija de Jerusalén (Sof 3,14)

Lunes: No temas, Jerusalén, el Señor tu Dios es dentro de ti un soldado victorioso (Sof 3,16)

Martes: El Señor se alegra contigo renovando su amor, se llena de júbilo por ti, como en día de fiesta (Sof 3,17-18)

Miércoles: Él es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré (Is 12,2)

Jueves: Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi Salvación (Is 12,2)

Viernes: Sacaréis agua con gozo de las fuentes de la salvación. Dad gracias al Señor, invocad su nombre (Is 12, 3-4)

Sábado: Cantad al Señor, que hizo proezas, anunciadlas a toda la tierra (Is 12,5)

Oración final: Señor, haz que nos sintamos bienaventurados porque hemos creído en tu amor. Amén.


Cuarta y última semana de Adviento

Lectura bíblica: cuando se cumplió el plazo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, para que recibiéramos la condición de hijos (Gál 4,4-6)

Meditación: Dios se ha hecho como nosotros. De modo admirable ha asumido un cuerpo en el vientre de María. Ella es el templo en quien Cristo se ha hecho sacerdote en favor de los hombres. María nos ha dado al Emmanuel: Dios-con-nosotros.
A continuación lees la frase bíblica que corresponde al día de esta cuarta semana de Adviento.

Domingo: Fuiste tú, Señor, quien me sacó del vientre, me tenías confiado en los pechos de mi madre (Sal 21)

Lunes: Desde el seno pasé a tus manos, desde el vientre materno tú eres mi Dios (Sal 21)

Martes: Hablaré de ti a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré (Sal 21)

Miércoles: Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta por Dios (1 Sam 2,1)

Jueves: ¡Oíd, que llega mi amado saltando por los montes! (Cant 2,8)

Viernes: ¡Levántate, amada mía, hermosa mía, ven! (Cant 2,10)

Sábado: Amanece un día santo para nosotros, hoy una luz espléndida desciende sobre la tierra. Feliz Navidad.

Oración final: Estás viendo, Señor, cómo tu pueblo espera en fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo; concédenos recibirlo en fe como María, que lo acogió antes en su corazón que en su vientre. Amén. Esta plegaria de "Adviento con María" está basada en el libro "Celebraciones y Plegarias Marianas" de Andrés Pardo.

Corona de Adviento - Manualidades

Como fabricar una corona de Adviento para estas navidades y asi poder lucir la mesa y poder prender una vela para decorar.

Materiales

1 corona de 20 cms de diámetro de abeto artificial

2 varas de bolitas doradas

4 angelitos para colgar en el árbol

4 velas o roja, verde, blanca y morada

tres rojas y una blanca

Moños de cinta roja

Piñas pequeñas

Frutas artificiales pequeñas

4 porta velas pequeños

Cinta floral adhesiva

Tijeras

Silicona (fría o en pistola)

Con todo esto ya tienes para armar una linda corona y lucir en estas navidades.




Fuente:  http://www.lasmanualidades.com/2006/12/04/corona-de-adviento

EL SUEÑO DE LA VIRGEN MARÍA

José, anoche tuve un sueño muy extraño, como una pesadilla. La verdad es que no lo entiendo. Se trataba de una fiesta de cumpleaños de nuestro Hijo.

La familia se había estado preparando por semanas decorando su casa. Se apresuraban de tienda en tienda comprando toda clase de regalos. Parece que toda la ciudad estaba en en lo mismo porque todas las tiendas estaban abarrotadas. Pero algo me extrañó mucho: ninguno de los regalos era para nuestro Hijo.


Envolvieron los regalos en papeles lindísimos y les pusieron cintas y lazos muy bellos. Entonces los pusieron bajo un árbol. Si, un árbol, José, ahí mismo dentro de su casa. También decoraron el árbol; las ramas estaban llenas de bolas de colores y ornamentos brillantes. Había una figura en el tope del árbol. Parecía un angelito. Estaba precioso.

Por fin, el día del cumpleaños de nuestro Hijo llegó. Todos reían y parecían estar muy felices con los regalos que daban y recibían. Pero fíjate José, no le dieron nada a nuestro Hijo. Yo creo que ni siquiera lo conocían. En ningún momento mencionaron su nombre. ¿No te parece raro, José, que la gente pase tanto trabajo para celebrar el cumpleaños de alguien que ni siquiera conocen? Me parecía que Jesús se habría sentido como un intruso si hubiera asistido a su propia fiesta de cumpleaños. Todo estaba precioso, José y todo el mundo estaba tan feliz, pero todo se quedó en las apariencias, en el gusto de los regalos. Me daban ganas de llorar que esa familia no conocía a Jesús. ¡Qué tristeza tan grande para Jesús - no ser invitado a Su propia fiesta!Estoy tan contenta de que todo era un sueño, José. ¡Qué terrible si ese sueño fuera realidad!

EL MEJOR REGALO DE NAVIDAD

En 1994, dos americanos respondieron a una invitación del Departamento de Educación Rusa, para enseñar moral y ética (basado en principios bíblicos) en las escuelas públicas. Fueron invitados a enseñar en prisiones, negocios, departamentos de bombero y policía, y en un inmenso orfanato. Alrededor de 100 niños y niñas que habían sido abandonados, abusados, y dejados en cargo de un programa del gobierno, estaban en este orfanato. Ellos relatan esta historia en sus propias palabras.




Se acercaban los días de fiestas Navideñas, 1994, tiempo para que nuestros huérfanos escucharan por primera vez, la historia tradicional de Navidad. Les contamos como María y José llegaron a Belén. No encontraron albergue en la posada y la pareja se fue a un establo, donde nació el niño Jesús y fue puesto en un pesebre.




Durante el relato de la historia, los niños y los trabajadores del orfanato estaban asombrados mientras escuchaban. Algunos estaban sentados al borde de sus taburetes, tratando de captar cada palabra. Terminando la historia, le dimos a los niños tres pequeños pedazos de cartulina para que construyeran un pesebre. A cada niño le dimos un pedazo de papel cuadrado cortados de unas servilletas amarillas, que yo había traído conmigo pues no habían servilletas de colores en la cuidad.




Siguiendo las instrucciones, los niños rasgaron el papel y colocaron las tiras con mucho cuidado en el pesebre. Pequeños pedazos de cuadros de franela, cortados de un viejo camisón de dormir que había desechado una señora Americana al irse de Rusia, fue usado para la frazada del bebé. Un bebé tipo muñeca fue cortado de una felpa color canela que habíamos traído de los Estados Unidos.







Los huérfanos estaban ocupados montando sus pesebres, mientras yo caminaba entre ellos para ver si necesitaban ayuda. Parecía ir todo bien hasta que llegue a una de las mesas donde estaba sentado el pequeño Misha. Lucía tener alrededor de 6 años y ya había terminado su proyecto. Cuando miré en el pesebre de este pequeño, me sorprendió ver no uno, pero dos bebés en el pesebre. Enseguida llame al traductor para que le preguntara al chico porque habían dos bebés en el pesebre. Cruzando sus brazos y mirando a su pesebre ya terminado, empezó a repetir la historia muy seriamente.




Para ser un niño tan pequeño que solo había escuchado la historia de Navidad una vez, contó el relato con exactitud… hasta llegar a la parte donde María coloca el bebé en el pesebre. Entonces Misha empezó a agregar. Inventó su propio fin de la historia diciendo, " y cuando María colocó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar donde ir. Yo le dije, "no tengo mamá y no tengo papá, así que no tengo donde quedarme. Entonces Jesús me dijo que me podía quedar con El. Pero le dije que no podía porque no tenía regalo para darle como habían hecho los demás. Pero tenía tantos deseos de quedarme con Jesús, que pensé que podría darle de regalo. Pensé que si lo pudiera mantenerle caliente, eso fuera un buen regalo.



Le pregunté a Jesús, " Si te mantengo caliente, sería eso un buen regalo?"Y Jesús me dijo, "Si me mantienes caliente, ese sería el mejor regalo que me hayan dado".Así que me metí en el pesebre, y entonces Jesús me miró y me dijo que me podría quedar con El… para siempre."Mientras el pequeño Misha termina su historia, sus ojos se desbordaban de lágrimas que les salpicaban por sus cachetes. Poniendo su mano sobre su cara bajo su cabeza hacia la mesa y sus hombros se estremecían mientras sollozaba y sollozaba.El pequeño huérfano había encontrado alguien quien nunca lo abandonaría o lo abusara, alguien quien se mantendría con el…PARA SIEMPRE.Gracias a Misha he aprendido que lo que cuenta, no es lo que uno tiene en su vida, si no, a quien uno tiene en su vida. No creo que lo ocurrido a Misha fuese imaginación. Creo que Jesús de veras le invitó a estar junto a El PARA SIEMPRE. Jesús hace esa invitación a todos, pero para escucharla hay que tener corazón de niño.


Autor Desconocido, traducido y modificado por el equipo SCTJM

TRES ÁRBOLES SUEÑAN



Érase una vez, en la cumbre de una montaña, tres pequeños árboles amigos que soñaban en grande sobre lo que el futuro deparaba para ellos.




El primer arbolito miró hacia las estrellas y dijo: "Yo quiero guardar tesoros. Quiero estar repleto de oro y ser llenado de piedras preciosas. Yo seré el baúl de tesoros mas hermoso del mundo".




El segundo arbolito observó un pequeño arroyo en sus camino hacia el mar y dijo: "Yo quiero viajar a través de mares inmensos y llevar a reyes poderosos sobre mi. Yo seré el barco mas importante del mundo". El tercer arbolito miró hacia el valle y vio a hombres agobiados de tantos infortunios, fruto de sus pecados y dijo: "Yo no quiero jamas dejar la cima de la montaña. Quiero crecer tan alto que cuando la gente del pueblo se detenga a mirarme, levantarán su mirada al cielo y pensaran en Dios. Yo seré el árbol mas alto del mundo".Los años pasaron. Llovió, brilló el sol y los pequeños árboles se convirtieron en majestuosos cedros. Un día, tres leñadores subieron a la cumbre de la montaña. El primer leñador miró al primer árbol y dijo: "¡Qué árbol tan hermoso!", y con la arremetida de su brillante hacha el primer árbol cayó. "Ahora me deberán convertir en un baúl hermoso, voy a contener tesoros maravillosos", dijo el primer árbol.




Otro leñador miró al segundo árbol y dijo: "¡Este árbol es muy fuerte, es perfecto para mi!". Y con la arremetida de su brillante hacha, el segundo árbol cayó. "Ahora deberé navegar mares inmensos", pensó el segundo árbol, "Deberé ser el barco mas importante para los reyes mas poderosos de la tierra".




El tercer árbol sintió su corazón hundirse de pena cuando el último leñador se fijó en el. El árbol se paró derecho y alto, apuntando al cielo. Pero el leñador ni siquiera miró hacia arriba, y dijo: "¡Cualquier árbol me servirá para lo que busco!". Y con la arremetida de su brillante hacha, el tercer árbol cayó.




El primer árbol se emocionó cuando el leñador lo llevó al taller, pero pronto vino la tristeza. El carpintero lo convirtió en una mero pesebre para alimentar las bestias. Aquel árbol hermoso no fue cubierto con oro, ni contuvo piedras preciosas. Fue solo usado para poner el pasto.




El segundo árbol sonrió cuando el leñador lo llevó cerca de un embarcadero. Pero no estaba junto al mar sino a un lago. No habían por allí reyes sino pobres pescadores. En lugar de convertirse en el gran barco de sus sueños, hicieron de el una simple barcaza de pesca, demasiado chica y débil para navegar en el océano. Allí quedó en el lago con los pobres pescadores que nada de importancia tienen para la historia..




Pasó el tiempo. Una noche, brilló sobre el primer árbol la luz de una estrella dorada. Una joven puso a su hijo recién nacido en aquel humilde pesebre. "Yo quisiera haberle construido una hermosa cuna", le dijo su esposo... La madre le apretó la mano y sonrió mientras la luz de la estrella alumbraba al niño que apaciblemente dormía sobre la paja y la tosca madera del pesebre. "El pesebre es hermoso" dijo ella y, de repente, el primer árbol comprendió que contenía el tesoro mas grande del universo.




Pasaron los años y una tarde, un gentil maestro de un pueblo vecino subió con unos pocos seguidores a bordo de la vieja barca de pesca. El maestro, agotado, se quedó dormido mientras el segundo árbol navegaba tranquilamente sobre el lago. De repente, una impresionante y aterradora tormenta se abatió sobre ellos. El segundo árbol se llenó de temor pues las olas eran demasiado fuertes para la pobre barca en que se había convertido. A pesar de sus mejores esfuerzos, le faltaban las fuerzas para llevar a sus tripulantes seguros a la orilla. ¡Naufragaba!. ¡que gran pena, pues no servía ni para un lago!. Se sentía un verdadero fracaso. Así pensaba cuando el maestro, sereno, se levanta y, alzando su mano dio una orden: "calma". Al instante, la tormenta le obedece y da lugar a un remanso de paz. De repente el segundo árbol, convertido en la barca de Pedro, supo que llevaba a bordo al rey del cielo, tierra y mares.




El tercer árbol fue convertido en sendos leños y por muchos años fueron olvidados como escombros en un oscuro almacén militar. ¡Qué triste yacía en aquella penuria inutil, qué lejos le parecia su sueño de juventud! De repente un viernes en la mañana, unos hombres violentos tomaron bruscamente esos maderos. El tercer árbol se horrorizó al ser forzado sobre las espaldas de un inocente que había sido golpeado sin misericordia.




Aquel pobre reo lo cargó, doloroso, por las calles ante la mirada de todos. Al fin llegaron a una loma fuera de la ciudad y allí le clavaron manos y pies. Quedo colgado sobre los maderos del tercer árbol y, sin quejarse, solo rezaba a su Padre mientras su sangre se derramaba sobre los maderos. el tercer árbol se sintió avergonzado, pues no solo se sentía un fracasado, se sentía además cómplice de aquél crimen ignominioso. Se sentía tan vil como aquellos blasfemos ante la víctima levantada. Pero el domingo en la mañana, cuando al brillar el sol, la tierra se estremeció bajo sus maderas, el tercer árbol comprendió que algo muy grande había ocurrido. De repente todo había cambiado. Sus leños bañados en sangre ahora refulgían como el sol. ¡Se llenó de felicidad y supo que era el árbol mas valioso que había existido o existirá jamás pues aquel hombre era el rey de reyes y se valió de el para salvar al mundo! La cruz era trono de gloria para el rey victorioso. Cada vez que la gente piense en él recordarán que la vida tiene sentido, que son amados, que el amor triunfa sobre el mal. Por todo el mundo y por todos los tiempos millares de árboles lo imitarán, convirtiéndose en cruces que colgarán en el lugar mas digno de iglesias y hogares. Así todos pensarán en el amor de Dios y, de una manera misteriosa, llegó a hacerse su sueño realidad. El tercer árbol se convirtió en el mas alto del mundo, y al mirarlo todos pensarán Dios.

El cocinero de Nochebuena



Ésta es la historia de un cocinero que debía preparar una sabrosa cena de Nochebuena. Había trabajado tanto durante los meses precedentes que se vio abandonado por la inspiración, precisamente en la época más importante del año. Pasaba el día pensando e ideando menús navideños, sin que ninguno de ellos lograra satisfacerle. Así llegó la víspera de Navidad y él seguía huérfano de ideas.

Tan cansado estaba que le pudo el sueño y se quedó dormido sobre la mesa de la cocina, rodeado de libros y cuadernos de recetas. Se vio convertido en un orondo Papá Noel con su abultado saco al hombro, y viajando a bordo de un bello trineo que se deslizaba silencioso por la nieve al son de un dulce tintineo de campanillas. Desconocía el lugar al que se dirigía, pero intuía que el trineo conocía su destino. Porque debo decir que el vehículo que le transportaba no era tirado por ciervos ni por renos, sino que únicamente se desplazaba guiado por una fuerza invisible.

Una vez finalizado el viaje, el trineo se detuvo ante una rústica casita en el bosque, de cuya chimenea escapaba un inmaculado y cálido humo blanco. Llamó a la puerta y ésta se abrió al instante, sin que nadie apareciera tras ella. Entró en la casa y halló un bello salón decorado con toques navideños que provocó en él una profunda y hogareña sensación. Un pequeño abeto le hacía guiños junto a la chimenea encendida, cuyos troncos crepitaban e iluminaban la estancia con sus llamas, y de la que colgaban unos calcetines de bellos colores, esperando ser llenados de regalos. En el centro de la estancia, una acogedora mesa, bellamente dispuesta y con las velas encendidas, esperaba ser cubierta de manjares. No había nadie a su alrededor, y sin embargo se sentía acompañado por presencias invisibles que él percibía, aún sin verlas. Depositó el saco en el suelo y se dispuso a abrirlo. Desconocía lo que podía albergar y por un momento sintió que su corazón latía con más fuerza. Se sentó en una mullida butaca junto a la chimenea y con manos temblorosas empezó a extraer el contenido.

Lo primero que apareció fue una bella sopera con una reconfortante Sopa de Crema, hecha con una gallina entera, aderezada con unos diminutos dados de su pechuga. Levantó la tapa y una oleada de vapor repleto de aromas empañó sus gafas. Después, un dorado y casi líquido Queso Camembert hecho al horno, con aromas de ajo y vino blanco, acompañado de un crujiente pan hizo que su boca se llenara de agua. Hundió la nariz en él y lo depositó sobre la mesa. Su tercer hallazgo fue una Pierna de Cerdo rellena con ciruelas pasas y beicon ahumado que venía acompañada de un sin fin de guarniciones, a cual más apetitosas: cremoso puré de patata aromatizado con aceite de ajo y con mostaza, salsas agridulces y chutneys irresistibles, compota de manzana con vinagre y miel... ¡de ensueño! Dispuso la inmensa fuente en el centro de la mesa y aspiró los intensos aromas que aquella sinfonía de contrastes culinarios le ofrecía. En un rincón del salón, reparó en una mesita auxiliar dispuesta para los postres y allí colocó un crujiente Strudel de Manzana y nueces y una espectacular Anguila de Mazapán, una dulcera de cristal que albergaba una deliciosa Compota de Navidad al Oporto y un insólito Helado de Polvorones. Apenas podía creer lo que estaba sucediendo, se sentía embargado por la emoción. El menú tocaba a su fin y comprendió que era hora de abandonar aquella cálida casita, para dejar que sus moradores disfrutaran en la intimidad de las exquisitas viandas que había traído en su saco. Pensó que los manjares se enfriarían si no lo hacía pronto, pero comprendió que el calor, material y espiritual, que invadía todos y cada uno de los rincones de la estancia se encargaría de mantenerlos a la temperatura adecuada.

Como toque final a su visita, llenó los calcetines de la chimenea con figuritas de mazapán, polvorones y turrones, que sin duda harían las delicias de los niños... y de los menos niños. Le despertó el borboteo de un caldo que había dejado en el fuego y que amenazaba con desbordar el puchero. Era ya de madrugada, pero aún tenía tiempo de ponerse manos a la obra y elaborar el menú de la casita del bosque. La fuerza invisible que guiaba el trineo no era otra cosa que el amor que el cocinero sentía por el mundo de la cocina.

La Verdadera Historia de Papá Noel

Por todo el mundo, Papá Noel es reconocido por distintos y variados nombres. Es también llamado de San Nicolás, Santa Claus, Viejito Pascurero, Padre hielo,… nombres que varían mucho según el idioma de allí donde visite Papá Noel en la Nochebuena, noche de Navidad.

Las historias acerca de Papá Noel también varían, así como las formas que tienen los niños, según el país, de vivir esta ansiada noche.


La figura del viejito barrigudo, de tez rosada, vestido con traje rojo, y larga barba blanca, se ha convertido en el personaje principal de las fiestas de Navidad. Pero, ¿quién es este señor a quién miles de niños de todo el mundo, escriben una carta contando como se han portado y pidiendo un regalo para la noche de Navidad?


Una historia de Papá Noel


Cuenta la historia que Nicolás nació en el siglo IV, en Mira (actual Turquía). Nacido en la cuna de familia rica y acomodada, desde su niñez, Nicolás siempre se hizo popular por su bondad y por su generosidad con los pobres. Siempre se preocupó por los demás. Pero una terrible epidemia de una enfermedad incurable dejó sin vida a su familia, haciéndolo heredero de una gran fortuna. A los 19 años de edad, Nicolás decidió entonces dedicarse al sacerdocio y invirtió su fortuna en hacer regalos a los niños pobres y huérfanos. Profesaba en un monasterio y fue nombrado posteriormente obispo, en Mira (Turquía).





El aspecto de San Nicolás de Bari era muy distinto al que se le atribuye hoy. Tenía la complexión delgada y de gran estatura, y se vestía como un sacerdote. El hecho de que lo represente siempre con una bolsa y tenga la fama de repartidor de regalos se debe a que San Nicolás supo en una ocasión que uno de sus vecinos se encontraba en bancarrota y que estaba desesperado por no tener la dote de su hija, comprometida para casarse en fecha próxima. Al conocer las dificultades de su vecino, San Nicolás dejó una bolsa con monedas de oro como un obsequio en la casa del mercader. La boda se celebró y desde entonces cobró fuerza la costumbre de intercambiar regalos en Navidad.


San Nicolás fue un santo muy popular que falleció el 6 de diciembre del año 345. En razón de que la fecha del santo se acercaba a la de la Navidad, se decidió que San Nicolás sería una figura excelente para repartir regalos y golosinas a los niños el día de Navidad. En el año 1087, los restos de San Nicolás fueron llevados a Bari (en Italia), donde se construyó una iglesia en su nombre. Se han construido muchísimos templos dedicados a este santo, desde el siglo VI. Es el santo patrón de Rusia, de Grecia, y de Turquía. También fue nombrado Patrono de los marineros porque, cuenta otra historia, estando algunos de ellos en medio de una terrible tempestad en alta mar y viéndose perdidos, comenzaron a rezar y a pedir a Dios por intervención de San Nicolás. Las aguas se calmaron enseguida. En el siglo XII la tradición católica de San Nicolás creció por Europa, y hacia el siglo XVII emigrantes holandeses llevaron la costumbre a Estados Unidos, donde se suele dejar galletas o pasteles caseros y un vaso de leche a Santa Claus. Por cierto, el nombre Santa Claus se creó a raíz del nombre del santo en alemán, San Nikolaus.



Santa Claus

Aunque la leyenda de Papá Noel sea antigua y compleja, y proceda en gran parte de San Nicolás, la imagen familiar de Santa Claus, con el trineo, los renos, y las bolsas con regalos es una invención estadounidense. Hasta que el escritor inglés Clement Moore lo imaginó en un trineo llevado por ocho renos, Papá Noel repartía sus regalos a pie o montado en un caballo. A los norteamericanos también se responsabilizan por la imagen de Papá Noel. En 1931 una marca de gaseosas encargó al caricaturista Thomas Nast que dibujara un Papá Noel para su campaña navideña. La imagen del Papá Noel vestido de rojo, con cinturón y botas negras, se quedó en el imaginario popular y jamás ha sido cambiada, aunque San Nicolás haya vestido a Papá Noel de verde.





Hoy día la historia se difiere bastante. Santa Claus vive en el polo norte donde mantiene un taller con duendes que le ayudan a fabricar los juguetes solicitados por los niños de todo el mundo. Además se mueve a través de un trineo llevado por al menos 9 renos: Rudolph, Donner, Blitcher, Cometa, Cupido, Brillante, Danzante, Centella y Zorro. Y que deja los regalos al pie del árbol de Navidad.

El verdadero significado del árbol de Navidad



En muchas casas el árbol es el adorno principal de la Navidad. Es una tradición que se remonta a muchos y muchos años. El origen del árbol navideño reside entre el segundo y el tercer milenio a.c. En aquella época, los pueblos indoeuropeos que se expandían por Europa y Asia, tenían a los árboles como expresión de las fuerzas fecundantes de la naturaleza, y por ellas rendían culto. Con la llegada del otoño e invierno, cuando las hojas de los árboles se caían, trataban de compensar al árbol con diferentes adornos.



Leyendas del árbol de Navidad


- Existe una leyenda que cuenta que en la primera mitad del siglo VIII un roble que los paganos creían sagrado cayó sobre un abeto, pero éste quedó milagrosamente intacto, por lo que fue proclamado el árbol del Niño Jesús. Su forma triangular se explicó como representativa de la Santísima Trinidad, con el Dios Padre en la cúspide.




- Otra leyenda es tan antigua como el propio cultivo del abeto. Cuenta que en el siglo VIII, un monje inglés, llamado Winfrid, taló en Nochebuena, un roble que era utilizado en las festividades paganas para ofrecer vidas en sacrificio. En ese mismo lugar brotó “milagrosamente” un abeto. Por eso su especie se tomó como emblema del cristianismo.




- También se conoce una leyenda que dice que el árbol de Navidad fue descubierto por Persifal, un caballero de la mesa redonda del rey Arturo. Mientras el caballero buscaba el Santo Grial o cáliz de la última cena de Jesús, vio un árbol lleno de luces brillantes, que se movían como estrellas. El escritor alemán Goethe, en su libro Werther, también hizo mención a un frondoso arbusto lleno de caramelos y figuras religiosas.




- Una de las leyendas cuenta que un monje inglés, San Bonifacio, que organizó la iglesia francesa, encontró en uno de sus viajes, un grupo de paganos alrededor a un gran pino en el momento en que iban a sacrificar un niño en honor al Dios Thor. Para evitar el sacrificio y salvar al chico, San Bonifacio derribó el árbol con un poderoso y potente golpe de puño. El santo le dijo a los paganos que ese pino era el árbol de la vida y de la vida eterna de Cristo.




- Otra leyenda cuenta que Martin Luther King, fundador de la fe Protestante, mientras caminaba por un bosque en la víspera de Navidad, se quedó deslumbrado por la belleza de millones de estrellas que brillaban a través de las ramas de los árboles. Se quedó tan impresionado con lo que vio, que decidió cortar un pequeño árbol y llevarlo a la casa de su familia. Y para recrear la misma belleza que contempló en el bosque, colgó luces de colores en las ramas del árbol.




Existen muchas historias que justifican la existencia del árbol de Navidad. Y la mayoría proviene de los países nórdicos, más fríos, donde es muy común ver a las personas utilizando adornos con luces, guirnaldas, adornos, etc. El moderno árbol proviene de Alemania, y sus primeras referencias datan de finales del siglo XVI, cuando un árbol fue decorado para ambientar el frío de la Navidad, costumbre que se difundió rápidamente por todo el mundo. Hasta el siglo XIX no llegaría a Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos, Puerto Rico, China y Japón. La tradición del abeto decorado salió de Inglaterra a Estados Unidos, en los tiempos de la colonización. Se atribuye a August Imgard, un hombre de Ohio, la instalación del primer árbol navideño, en 1847. A partir de eso, la cultura norteamericana ha sido abanderada en materia de decoración de Navidad. En España, el árbol llegó a principios del siglo XX, y actualmente se encuentra por todo el mundo.
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